Mis alas
Sé que estoy volando hacia lugares inciertos, pero no puedo evitar desplegar mis alas, es un reflejo inmediato ante los caminos rectos.
Volveré a casa mil veces, buscando un nido incondicional que contenga el dolor de mis largos vuelos, de mis destinos erróneos, un nido donde curar mis heridas y mantenerme abrigada un tiempo, hasta que mi instinto me diga que es hora de volver a despegar.
No es justo, ni para mí que siempre estoy buscando rumbos equivocados, ni para el que se queda esperando mi regreso. No es justo lo sé, pero no puedo ni quiero entregarme a la resignación de quedarme, porque presiento que si lo hago, se moriría la pasión que mantiene viva esta hoguera y me convertiría en una esclava de mis posibles futuros recuerdos.
Y seré así, eternamente, no puedo echar raíces que sean lo suficientemente fuertes para permanecer siempre en el mismo lugar.
Muchas veces lastimo, desconcierto, doy cosas que duran un tiempo, pero en un segundo pueden cambiar y convertirse en sueños.
Tengo que poner resistencia, contener mi libertad, es tiempo de quedarme en el nido conocido, de asentarme junto al que siempre me espera a pesar de mis tiempos, pero por más que intento anclar mis sentimientos en esto, mi corazón es libre, y mis alas siempre se dejan llevar por esos vientos, que a veces son ráfagas y otras huracanes, que me dejan volar alto, o me arrastran rasgándome por el suelo, pero no me importa, porque mientras tenga alas tengo sueños, y mi naturaleza me lleva a volar hacia ellos.
Sindel Avefenix
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