domingo, 2 de enero de 2011

ENTRE DOS MUNDOS

En un acto desesperado por mantenerme solamente tuya, acabo de lavar con mis propias lagrimas las huellas de esos besos extraños que una vez más recorrieron mi piel, cubrí con perfume esas caricias ajenas a tus manos, intentando borrar todo rastro de ese paso inevitable que tantas veces doy resignada y contraída.
No sirve de nada tratar de  hacerme indiferente a estos actos continuos de mi propia cobardía, conformarme con quedarme en un lugar en el que se aloja mi cuerpo, pero mi mente se declara ausente.
Quiero romper estas cadenas invisibles que me atan a una vida de mentiras. Salir corriendo a tus brazos y que nos escapemos juntos a un destino real. Estoy harta de fingir que no pasa nada, que no estás en cada segundo de mi existencia, cansada de postergarme por no herir a los demás, de negar que existís, que latís en cada uno de los pulsos que emiten mi sangre.
Hace mucho que respiro cada instante pensando en volver a verte, tanto tiempo de soñarte y estas ahí tan cerca de mi alma y tan lejos de mi cuerpo, no sé cuanto tiempo más podré soportar esta espera.
Pero tengo una necesidad urgente de vos.
Tengo que hacer algo para detener esta  adicción extrema que creo mi cuerpo hacia el tuyo, esta obsesión que me persigue desde que te sentí mío, aunque no lo seas…
Como hago para no extrañarte, para acostumbrarme a la idea de que en mi cama sea otra persona la que respire mi mismo espacio, cuando los dos sabemos que en realidad ese espacio es solamente tuyo, aunque estés ausente, negado, invisible.
No sé si sospechas lo que causaste en mi vida, la llegada de un torbellino de pasiones escondidas que explotaron a tu contacto, el deseo constante y febril de sentirte, de saberte cerca. Un sinfín de sensaciones que estaban dormidas acurrucadas esperando que llegues a despertarlas. Mis sentidos están alertas, vivos, desesperados.
Estoy atrapada en dos mundos diferentes desde que entraste en mi historia, y estoy esperando la hora para elegir entre ellos, el cielo o el infierno, la eternidad o la nada, el amor o el desconsuelo.
                                                                                                Sindel Avefenix
                                                                                                   
                                                                                                    

No hay comentarios:

Publicar un comentario