Cada vez me cuesta más dejarte ir.…
Cuando se acerca la hora de la despedida me siento con una melancolía anticipada, comienzo a mirarte como a esas cosas que ansiamos desde el alma, pero que son como el horizonte, nos hacen soñar que podemos correr hacia él, pero cada vez se hacen más inalcanzables.
Durante ese ratito lastimero que nos queda contra reloj, te registro a fuego con la mirada guardando en mi memoria esa última imagen tuya, que es la que mis ojos ansían ver cada mañana al abrirse al nuevo día.
Sin que te des cuenta y en caricias, mis manos dibujan tu figura y cada uno de tus vértices sobre la cama, voy contorneando cada rasgo de tu cara, especialmente tu boca, con la yema de mis dedos para después moldearlos, exactos, cada noche en mi almohada.
Y huelo cada uno de tus rincones y de tus cabellos, para llevarme ese aroma y poder hacerlo oxígeno cada vez que estoy sola peleando para que mi voluntad no se resigne a dejar de respirar ese aire vacío de vos, ese espacio incompleto que hay en mi cama, en mi vida.-
Pasan los minutos, llega la hora, mi corazón te pide en silencio que no te levantes, que no te vistas, te ruega ilusionado que me agarres la mano y me digas, - hoy me quedo… no me importa más nada.-
Pero eso nunca pasa, lo único que pasa es el tiempo, mi tiempo, y este dolor agudo de saberte ausente, sin ninguna intención de renunciar a tus cosas para estar conmigo. Te veo alejarte, moviendo la mano y diciendo cosas lindas, jurando que soy lo mejor que te pasó en la vida, y ese mensaje me llega cada vez más lejano, ya casi incomprensible, erosionado de tanto haber sido pronunciado en vano.
Y es ese el momento en el que me pregunto, porque nos hacemos esto, y si no será mejor no sufrir más despedidas.
Cada vez me cuesta más dejarte ir…Tanto que a veces quisiera que no vuelvas…
Sindel Avefenix
No hay comentarios:
Publicar un comentario